lunes, 30 de enero de 2012

CANINO, Giorgos Lanthimos (2009) [5,8/10]

La película que le otorgó cierta fama al realizador griego Giorgos Lanthimos es Canino, filme hasta cierto punto reconocido internacionalmente y tan raro como incómodo de ver.


La idea de la que parte Lanthimos para desarrollar su historia es buena, pero quizá demasiado infantil, y Canino se me antoja como un producto hecho por quinceañeros más que como algo realizado por verdaderos profesionales.


Un matrimonio mantiene encerrado a sus tres hijos en una mansión de las afueras de la ciudad, impidiéndoles tener cualquier tipo de contacto con el exterior y con la realidad. Esta interesante premisa se torna de lo más aburrido cuando se pone de por medio la cámara de Lanthimos, haciéndose de agradecer únicamente los momentos de extrema violencia que sacuden de vez en cuando la pantalla y que nos desvelan de nuestro aletargamiento.


La interpretación de los actores deja muchísimo que desear, se agradecería un poco más de entusiasmo a la hora de hacer su trabajo, que está muy bien esa puñetera manía de los directores modernos de “no forzar al espectador” y “dejarle que saque sus propias conclusiones”, pero tampoco es plan de obligarle a poner él todo de su parte, porque entonces lo que tenemos es una película vacía y sin personalidad ninguna.


Con una puesta en escena sencilla y quizá simplona, Lanthimos se marca unos encuadres tan pretenciosos como mejorables, en una película cuyo valor más notable es la lectura política y social que de ella permite sacar.

sábado, 21 de enero de 2012

¡AGÁCHATE, MALDITO!, Sergio Leone (1971) [6,3/10]

Una de las últimas películas de Sergio Leone, director cuyo nombre va indiscutiblemente unido al género spaghetti western, es ¡Agáchate, maldito!, protagonizada por James Coburn y Rod Steiger y ambientada en la Revolución Mexicana de principios del siglo XX.


La historia, del propio Leone junto con Sergio Donati y Luciano Vincenzoni, cuenta cómo la casualidad quiere que un vulgar atracador de bancos se una a un exiliado del IRA para dar el que aparenta ser el golpe de su vida, todo ello en un contexto de Revolución que condiciona sobremanera las relaciones humanas.


Así, ¡Agáchate, maldito! es, por encima de todo, una película política que muestra hasta qué punto determinados contextos pueden influir en las actitudes de las personas, siendo que, en muchos casos, los intereses personales se imponen a los sociales y las traiciones hacen la revolución imposible. Este es el aspecto más importante de la cinta y al que mejor partido podría haber sacado Leone para hacer una obra redonda. Pero, por motivos que desconozco y parece ser que ajenos al director, no se hizo, resultando ¡Agáchate, maldito! una obra menor en la filmografía del cineasta italiano.

La película presenta un no demasiado buen montaje, haciéndose lenta por momentos y salvándose por algunos pequeños toques de humor.


La hipnótica y extraña partitura de Morricone nos acompaña a lo largo del extenso metraje desde un inicio tan brutal como demagogo, pero que en cualquier caso constituye uno de los mejores momentos del filme, prometedor, pero ligeramente decepcionante.

viernes, 13 de enero de 2012

DRIVE, Nicolas Winding Refn (2011) [8,3/10]


Una de las mejores sorpresas, si no la mejor, que ha traído el año 2011 en cuanto a cine se refiere viene constituida por Drive, una arriesgada película basada en una novela de James Sallis y dirigida por Nicolas Winding Refn, director que me resultaba totalmente desconocido y que tras ver su último film me resulta igualmente interesante.

Y es que Drive es una de esas películas con atmósfera, una atmósfera muy rara, que hasta cierto punto podría remitir a David Lynch y que en cualquier caso transmite al espectador una envolvente sensación de soledad flotante. La realización y la puesta en escena rozan lo cursi, pero también es cierto que resultan de lo más original y en ningún caso llegan a disgustar, sino todo lo contrario.

Drive es la Taxi Driver del siglo XXI, y no sólo porque aparezca Albert Brooks, sino porque su planteamiento es muy similar, aunque más oscuro, si cabe: un llanero solitario urbano que trata de ayudar a alguien, pero que da un paso en falso y se genera una tragedia griega en toda regla, en la que no hay redención para nadie y el espectador va viendo cómo los personajes se aproximan a su fatal destino sin poder hacer nada por evitarlo. La película pone en tela de juicio que el dinero sea lo más importante en nuestra vida, y rompe una lanza a favor del amor y los sentimientos, aunque en ocasiones éstos nos conduzcan a destinos fatales.

Desde el principio, y antes de que entren los títulos de crédito más horteras que se recuerden de los últimos años, Drive nos deja clavados en el asiento debido a la fuerza y la tensión que transmiten sus imágenes. Inicialmente, la inexpresividad del actor Ryan Gosling puede llegar a mosquear, pero más tarde entenderemos que su personaje es así, un hombre frío como un témpano que se aproxima al abismo en el momento en que abre un poquito su solitario corazón.


jueves, 5 de enero de 2012

EL REY LEÓN, Rob Minkoff y Roger Allers (1994) [7,8/10]

El Rey León, de Rob Minkoff y Roger Allers, es una de las mejores películas creadas por la Disney en los últimos tiempos, y aprovechando que el musical ha llegado a España, la están pasando estos días en algunos cines de la ciudad.
Está basada en la conocida Hamlet de Shakespeare, por lo que de entrada se antoja como una película cuanto menos entretenida, bien estructurada a nivel de guión y con un sólido hilo conductor en el que valores como el deber, la justicia o la lealtad saltan a la palestra.


Al margen de la historia, es digna de reconocimiento la labor de dirección de sus realizadores, la cual presenta unos planos que ponen los pelos de punta y realmente emocionan. En este sentido, andaba temeroso por la mala pasada que me podía jugar el puñetero 3D, pero lo cierto es que incluso lo llegué a agradecer.


El Rey León constituye una defensa de la democracia burguesa en su versión monárquica, haciendo una clarísima y panfletaria crítica hacia los totalitarismos de todos los colores y sabores. Hay quien ha llegado a ver en el personaje de Scar una representación del mismísimo Jomeini, además de otras interesantes aunque supuestas casualidades que sirven de forma genial como vehículo de propaganda contra el Islam (ver vídeo). Por lo tanto, a pesar de haber disfrutado como un crío viendo la película, no puedo menos que estar en total desacuerdo con la idea que defiende: la monarquía es inmutable, es el ciclo sin fin, algún día “todo esto” será de Simba, que para más INRI será el que devore (literalmente) a su pueblo.


Pero volviendo al aspecto más puramente cinematográfico de El Rey León, he de decir que es una maravilla, y que no la recordaba tan buena. Me ha emocionado, he sentido miedo, rabia y adrenalina; y únicamente me ha sobrado alguna que otra gracieta de Timón y Pumba.


La música de Hans Zimmer y las canciones de Elton John y Tim Rice nos sumergen por completo en el continente africano y contribuyen a que respiremos naturaleza en estado puro.