martes, 22 de febrero de 2011

127 HORAS, Danny Boyle (2010) [8,4/10]

La última película de Danny Boyle relata el conocido caso de Aron Ralston, un montañero que quedó atrapado bajo una enorme roca durante cinco días. Escrita junto con Simon Beaufoy y basada en el libro del propio Ralston, donde él mismo contaba su experiencia, 127 horas aprisiona al espectador en la piel de un Ralston tan creíble gracias al brillante trabajo realizado por el actor que lo reencarna, James Franco.
Sin duda, lo mejor de la película son los valores que transmite. 127 horas es algo más que un tío atrapado por una roca que está luchando por salir de ahí. Es una película que refuerza el significado de la comunidad, que deja claro que una persona por sí sola no es nadie, pero que con todos aquellos que le rodean lo es todo. Aron Ralston comprendió que le quedaban demasiadas cosas por hacer y por vivir como para pudrirse en un desfiladero en medio de la nada. Entendió que fuera, en su casa, en su barrio, en su trabajo, había gente que le quería y que contaban con él, y que tenía toda una apasionante vida (¿qué vida no lo es, al fin y al cabo?) por delante, pero no para quedarse en un sillón marcado de por vida por lo que le había pasado, sino para hacer de su fatídica experiencia toda una lección de vida y seguir haciendo lo que más le gustaba.
Por supuesto, es inevitable la comparación de 127 horas con Buried, de Rodrigo Cortés. Evidentemente resulta más meritoria esta última, puesto que en 127 horas contamos con los recuerdos de Ralston, sus imaginaciones, además de las escenas rodadas en exteriores. Pero no creo que la intención de Boyle en este caso haya sido hacer “el más difícil todavía”, de ahí que se pueda permitir determinadas licencias que, de haberse tomado Rodrigo Cortés en su claustrofóbica película, hubiesen hecho que Buried pasase por la Historia del Cine sin pena ni gloria.
Con un montaje y realización que recuerda inevitablemente a Réquiem por un sueño en lo que a la pantalla partida y extraños planos detalle se refiere, Boyle vuelve a contar para la película con el director de fotografía Anthony Dod Mantle, habitual colaborador de Lars von Trier que también estuvo a cargo de la fotografía en Slumdog Millonaire.
El equipo de 127 horas ha sabido sacar una excelente historia de un hecho real, acontecido a un hombre cualquiera de una sociedad cualquiera, de forma que el si Ralston sale o no de ahí y cómo lo hace es lo de menos, porque lo importante es el mensaje de amor a la vida, tan necesario en estos tiempos de crisis, que la película transmite, siendo que deja al espectador con muy buen cuerpo a pesar de ser una película dura. Tan dura como una roca.

1 comentario:

  1. Escribo solamente para recordarte lo marica q eres por no venirte este sabado al concierto del Coleta (Finalmente creo q voy a ser el único q vaya de MO a verle)

    Además desde q no tienes aparato lamento decirte q estas realmente homosexual. Aun así al Primo le pones.

    Me encanta q te acuerdes de mi cuando cagas, eres un amor (L)=

    Semen

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