domingo, 31 de enero de 2010

INVICTUS, Clint Eastwood (2009) [7/10]

El otro día acudí al cine a ver Invictus, la última película de Clint Eastwood. Mi manía de huir (en la medida de lo posible) de los tráilers me hizo creer que iba a ver una película sobre Nelson Mandela con algo de rugby como trasfondo, pero lo cierto es que me encontré con todo lo contrario. Y ojo, no estoy diciendo que por eso me decepcionó, simplemente me sorprendió.
He de decir, antes que nada, que desconozco la historia de Nelson Mandela, lo cual nadie sabe hasta qué punto me duele, pero era una película de Clint Eastwood, y había que ir a verla. Me queda, pues, pendiente informarme sobre Mandela y la cruzada del CNA contra el apartheid. Pero vayamos a lo que aquí nos ocupa:
La película empieza con la salida del dirigente sudafricano (Morgan Freeman) de la cárcel y su posterior elección como Presidente del Gobierno. Al frente de Sudáfrica, Mandela verá en el equipo nacional de Rugby capitaneado por François Pineaar (Matt Damon) un referente sobre lo que debe ser un buen liderazgo con vistas a unificar al país. O mejor dicho, unificar a sus gentes, blancos y negros, porque lo cierto es que ese liderazgo habrá de ejercerse en un país en el que se está conviviendo con aquellos que años atrás despojaron a los negros de su humanidad y dignidad. A lo largo de los 134 minutos de metraje que tiene el filme, Eastwood nos obsequia con reflexiones interesantes y frases lapidarias de Mandela, pero creo que en las escenas finales del partido el director ha metido la pata. Eso de la cámara lenta para generar emoción (“¿entrará la pelota? ¿no entrará?”) está bien para las películas que echan en Antena 3 después de comer, pero coño, se supone que el amigo Clint es un director consagrado, y estamos ya en el 2010, esos recursos están muy vistos y se van quedando obsoletos, ¿no les parece? Y por cierto, ¿a qué viene eso de asustarnos con un posible atentado terrorista similar al de las Torres Gemelas de 2001? Un poco tramposo, ¿no? Y sin gracia.
No sé, la peli está bien, pero vamos, no es nada del otro mundo. Una película más de Clint Eastwood.

martes, 26 de enero de 2010

DERSU UZALA, Akira Kurosawa (1975) [7/10]

En la taiga siberiana de la primera década del siglo XX se desarrolla Dersu Uzala, película de 1975 del director japonés Akira Kurosawa.

Ganadora del Óscar a la mejor película extranjera, Dersu Uzala cuenta la historia del capitán Vladimir Arseniev (Yuri Solomin), quien acude a los bosques de la taiga siberiana acompañado por un grupo de soldados para medir la topografía del terreno. En el bosque se encuentran con un simpático cazador llamado Dersu Uzala (Maksim Munzuk), quien les guiará en su expedición gracias a su profundo conocimiento de la taiga y de sus senderos. Por un lado, la película nos muestra la amistad que con el paso de los días empieza a florecer entre el capitán y Dersu, y por otro, lo cruel que resulta la destrucción del medio natural a manos del hombre. Dersu Uzala me ha parecido uno de los personajes más interesantes a los que me he enfrentado últimamente: un hombre que perdió a su familia y que vive en perfecta simbiosis con el bosque, como un animal más, junto al resto de “personas”. Tanto es así, que cuando él muera el bosque de la taiga también morirá con él. Vemos en Dersu Uzala un hombre que se va haciendo mayor con el paso tiempo, y del mismo modo que los viejecitos urbanos acaban por volverse inútiles en una sociedad que se les ha quedado demasiado avanzada, los viejecitos de la taiga como Dersu experimentan el mismo proceso: se hacen inútiles dentro su entorno y éste acabará por tragárselos.
Genial también la crítica que se hace a la sociedad urbana y civilizada a través de las inocentes objeciones de Dersu: ¿Por qué vamos a pagar el agua y la madera, si en el bosque hay mucho de ambas?
Al igual que me pasó con Rashomon, esta película se me ha hecho ligeramente pesada al principio, pero después he acabado por cogerle el gusto, y he disfrutado con Dersu y su peculiar forma de hablar. Sea como sea, Dersu Uzala es una película preciosa que constituye una defensa de la naturaleza en su vertiente más ecologista y una exaltación de la amistad en su vertiente más moral. Bastante recomendable.

lunes, 25 de enero de 2010

RASHOMON, Akira Kurosawa (1950) [7/10]

Llueve en la puerta de Rashomon, una lluvia torrencial, tanto que nos da la impresión de que la ciudad se encuentra bajo una cascada. En dicha puerta se encuentran un monje y un leñador, afirmando éste último haber presenciado algo terrible: la violación de una mujer y el posterior asesinato de su marido. A ojos de los hombres, este hecho es algo tan terrible que les hace perder toda confianza en la raza humana. De hecho, según se dice en la película, una vez hubo en la puerta de Rashomon un diablo, el cual huyó asustado por la maldad de los hombres.

Ése es precisamente el tema que Akira Kurosawa nos presenta en Rashomon: la maldad del hombre. ¿Cómo podemos confiar en un ser con tanta vanidad y egoísmo? ¿Es que nos queda alguna esperanza de encontrar en el ser humano algo de bondad o, por el contrario, ya está todo perdido y no hay más opción que aceptar las reglas de juego impuestas por la egoísta forma de ser del hombre? ¿Cuándo va a dejar de llover?

Excelente en su fotografía y aceptable en su interpretación, Rashomon nos ofrecerá cuatro versiones distintas del crimen presenciado por el leñador. La película, que se llevó en 1950 el Óscar a la mejor película extranjera, me ha gustado, pero he de ser sincero: la primera mitad, quizá porque era la hora de la siesta, se me ha hecho un tostón insufrible. No es hasta que nos enteramos de que el muerto también tiene una versión de lo sucedido cuando el filme logra realmente engancharnos. ¡Y vaya si nos engancha! Lo cierto es que esta obra de Kurosawa, a partir de la segunda mitad, mejora exponencialmente: desde la versión del muerto, pasando por la lucha entre los dos hombres por la mujer (¿o por la necesidad de mostrar su virilidad?), hasta el acto canallesco del otro hombre que le roba la ropa a un bebé con tal de resguardarse del frío. No obstante lo dicho, Kurosawa también nos enseña que, a pesar de estar el ser humano absolutamente inmerso en la maldad que él mismo crea, siempre encontramos a alguien que es bueno, y es entonces cuando el temporal amaina, y deja de llover.




PD: Hablando de Rashomon, dejo aquí un link que parece interesante: El efecto Rashomon.

sábado, 23 de enero de 2010

EL APARTAMENTO, Billy Wilder (1960) [8/10]


He de reconocer que El apartamento es la primera película que veo de Billy Wilder. ¿Y qué decir de ella que no se haya dicho ya? Con razón se llevó el Óscar a la mejor película, entre otros.

El protagonista de El apartamento es C. C. Baxter (Jack Lemmon), un empleado de una importante empresa de seguros eficiente y trabajador, que encarna en su persona lo que debe ser un hombre que persigue el sueño americano. A juzgar por el jaleo que arma cada noche en su apartamento, los vecinos de Buddy piensan que éste es un ligón empedernido que está continuamente trayéndose a distintas chicas a “dormir” a su cama. Pero ya en el inicio de la película el espectador descubre la triste (y patética) verdad. Buddy no es en realidad ningún ligón, sólo es un pringado que presta su apartamento a sus superiores a modo de favor para que éstos lleven allí a sus queridas, y así de paso adquirir posibilidades dentro de la empresa para conseguir un ascenso. Un día Buddy es llamado al despacho de su jefe, el Sr. Sheldrake (Fred MacMurray), quien le pide también el apartamento para llevarse allí a su amante. Buddy, una vez más, tendrá que buscarse un plan alternativo para no aparecer por su apartamento hasta que su jefe haya terminado la faena. Se le ocurre invitar a un musical a Fran (Shirley MacLaine), la azafata de los ascensores del edificio donde trabaja Buddy. Pero descubrimos entonces que Fran es precisamente la querida a la que el Sr. Sheldrake iba a llevarse al apartamento de Buddy. A partir de aquí la historia nos atrapará y no nos soltará hasta pasada hora y media, a lo largo de la cual seremos testigos de malentendidos, situaciones cómicas y demás gags que nos harán reír y en muchos casos nos conmoverán.

El apartamento muestra el contraste entre lo que nos puede parecer una persona a simple vista y lo que esa persona es en realidad. Al contrario de lo que piensan sus vecinos, Buddy es un hombre sólo, que no tiene a nadie. Es un hombre del que todo el que puede se aprovecha, y que nos da bastante lástima. Diríamos de él que, de tan bueno que es, parece tonto. En esta película de Billy Wilder vemos cómo un hombre está renunciando a su dignidad con tal de acceder a un mejor puesto dentro de la empresa, y cómo, en realidad, con todas esas promesas de un ascenso y de un sueldo mejor, Buddy no está siendo más que la víctima de un chantaje. Un chantaje que muestra cómo sus superiores le tienen agarrado por sus partes a pesar de hacerle creer que está en una situación envidiable.

Magnífica en la música, El apartamento es una de esas películas obligatorias, en la que, y esto ya es una interpretación personal, la connotación sexual que las cartas adquieren es perfecta, y quizá en esta película se basó Buñuel para hacer Viridiana, donde se vuelve a respirar una atmósfera sexual en la partida a tres del final. Pero como ya digo, esto es sólo una interpretación personal.

miércoles, 20 de enero de 2010

JOHNNY COGIÓ SU FUSIL, Dalton Trumbo (1971) [7,5/10]


Entre desfiles y música militar empiezan los créditos de Johnny cogió su fusil, película basada en la homónima novela de su director, Dalton Trumbo (1905-1976). Trumbo fue un reconocido comunista que, como tal, tuvo problemas con el Comité de Actividades Antiestadounidenses, por lo que parte de su vida la pasó en el exilio en México. En este filme el director aborda el tema de la guerra desde una perspectiva absolutamente antibelicista, donde las críticas a la democracia imperialista y el sinsentido de los conflictos armados están presentes continuamente en la pantalla.

Johnny cogió su fusil transcurre en el año 1917, cuando EEUU interviene en la Gran Guerra que por entonces estaba asolando Europa. La película cuenta la historia de Joe (Timothy Bottoms), un joven que se alista en el Ejército norteamericano y es herido en el frente al caerle encima una bomba. El artefacto deja a Joe sin ojos, boca ni nariz y sin extremidades, pero una pequeña parte de su cerebro queda a salvo, la suficiente para que Joe, postrado en una cama de hospital, pueda seguir con vida. A efectos prácticos, por lo tanto, el protagonista que Dalton Trumbo nos presenta no es más que un trozo de carne con vida. A partir de aquí veremos cómo son los días de Joe en el hospital, cómo empieza a ser consciente de lo que está pasando a su alrededor, y cómo tratará de comunicarse con los que le rodean.
La película, aparte de ser un drama antibelicista, nos hace reflexionar sobre la eutanasia. ¿Hasta qué punto el estado en el que se encuentra Joe es vida? ¿Cómo podemos considerar digno el estado de una persona que prefiere morir antes que seguir así? ¿Cómo debemos reaccionar ante la paradoja de que, la persona que mejor le puede ayudar es precisamente aquella que quiere acabar con su vida, y no aquella que pretende preservarla? Todos estos interrogantes nos van asaltando mientras vemos al joven soldado reflexionando sobre su estado, descubriendo que no tiene brazos, ni piernas, y que su cara es un agujero. Los pelos se nos ponen como escarpias cuando Joe suplica que lo maten. ¿Y todo a raíz de qué? Pues a raíz de un enfrentamiento entre personas que ni se conocen, que, como dice Joe en un momento de la obra, el soldado que acabo de matar “podría ser mi amigo” de no ser por esta guerra.
Llaman la atención también los momentos oníricos de la película, donde vemos los sueños y pensamientos de Joe, incluso sus conversaciones con el mismísimo Jesús de Nazaret (Donald Sutherland).
A pesar de ser un poco panfletaria y tener momentos en los que la interpretación de los actores deja mucho que desear (bueno, ví la película doblada, así que permitamos el beneficio de la duda), Johnny cogió su fusil es un filme imprescindible, cargado de detalles y puntos que consiguen sacarnos una sonrisa mientras exclamamos: ¡Qué cabrón el Trumbo!

Pre-Producción


Mmmm… ¿a qué huele? ¡Huele a palomitas! Quería hacer un blog sobre cine, y al pensar en esa palabra, “cine”, por no sé qué razón me vino enseguida el olor a palomitas. Sí, lo sé, ya podrían haberme venido a la cabeza nombres como “Fábrica de sueños”, “Séptimo arte” o “La Revolución de la Imagen” pero no, resulta que lo que me vino a la cabeza fue el olor de las palomitas de maíz, y así es como he bautizado al presente blog.

No miento si digo que inauguro el blog con cierto miedo, pues cualquier bloguero que se precie sabe que tarde o temprano uno se cansa de escribir y acaba por dejar de lado el blog, como de hecho ya me ocurrió con mi antiguo blog, Exilio Interior, el cual, por cierto, sigue abierto (y no tengo intención de cerrarlo) porque considero que alberga en sus páginas muy interesante material relacionado con la política. Pero ahora lo que nos ocupa es el cine.
Soy un estudiante de Comunicación Audiovisual, que en el momento de escribir el borrador de estas líneas se encuentra a mitad de su cuarto curso (la licenciatura consta de cinco), y que inició su interés en esto del cine a finales de tercero, es decir, hace menos de un año. Así que sí, empecé la carrera de Comunicación Audiovisual sin tener ni pajolera idea de cine más allá de las películas comerciales que muy de vez en cuando veía en las salas o que me bajaba de internet. Todas ellas, por supuesto, estadounidenses. ¿Acaso los europeos hacían cine? Resulta que el año pasado, en la asignatura de Historia de la Comunicación Social impartida por el profesor Santiago Sánchez González, descubrí no sólo que los europeos también hacían cine, sino que también el cine tenía su historia y podía ser objeto de estudio; no consistía únicamente en ir al Kinépolis a ver el taquillazo del año. Es a raíz del estudio de la mencionada asignatura cuando me marco como meta en la vida ser un friki del cine y su historia y saberlo todo, por muy mal y arrogante que suene: quién dirigió tal película, qué otro autor le influyó, a qué movimiento pertenecía dicho autor, qué otros autores y películas destacan en ese movimiento, quien les influyó a su vez, etc.
Lo que pretendo con este blog es ir haciendo críticas y comentarios sobre las películas que vaya viendo, y también sobre cualquier libro, disco o cualquier otro soporte que lleve un contenido mínimamente relacionado con el cine, así como sacar a la luz los trabajos de clase que crea que pueden ser interesantes para todo aquel que esté interesado en cine, ya que creo que hacen mejor aquí en la red que en la papelera del despacho de cualquier profesor.
Para valorar las películas, aparte de su nota correspondiente del 0 al 10, haré también tres recomendaciones distintas que pretenderé justificar en cada caso:
- PELÍCULAS QUE TE PUEDES AHORRAR. Serán aquellas películas que no me han gustado, que he sentido que he perdido mi tiempo viéndolas y que me arrepiento de haber gastado mi dinero en semejante coñazo/panfleto/simplicidad. No te molestes ni en bajártelas.
- PELÍCULAS QUE NO ESTÁN MAL. Serán aquellas películas que, sin llegar a haber sentido que he perdido mi tiempo o mi dinero, tampoco me han flipado. Es decir, no te diré que vayas a verla porque es el peliculón de la historia mundial, pero tampoco te diré que la evites como las anteriores. Bájatelas si no te apetece gastarte el dinero.
- PELÍCULAS QUE TIENES QUE VER. Serán aquellas películas con las que he disfrutado como un crío, esas que comúnmente conocemos como “peliculones”. Haz por verlas, porque realmente merecen la pena, incluso si tienes que pagar.
Las películas las etiquetaré según el título, el autor, el año, la nacionalidad y, en algunos casos, el movimiento cinematográfico al que pertenecen. Habrá veces que no sabré que tal película es de tal movimiento, o incluso desconoceré la existencia de ese movimiento cinematográfico concreto, pero recordemos: soy estudiante, y no escritor de Cahiers du Cinema. Por supuesto, si algún dato es erróneo o está equivocado, para eso Dios creó la opción de hacer comentarios, donde gente que de verdad sepa de cine puede pegarme un pequeño tirón de orejas y corregirme allá donde me haya equivocado.
En la columna de la derecha podéis ver una serie de enlaces que iré ampliando a medida que vaya conociendo páginas web relacionadas con el cine. Así, a bote pronto, recomiendo Las horas perdidas para informarse sobre la actualidad del séptimo arte, Filmaffinity para saber qué tal está una película determinada en caso de duda, el blog de La sombra de Nosferatu para aprender un poco sobre cine clásico, y, como curiosidad, recomiendo también visitar el link de 1001 películas que hay que ver antes de morir, donde puedes hacerte tu propia lista de pelis que has visto y que te quedan por ver, pudiendo incluso hacer un ranking con otros usuarios. Yo, ahora mismo, voy en el puesto 332 con 125 películas vistas, que no está nada mal.
Por último, reiterar otra vez que sólo soy un estudiante, es decir, no pretendo descubrir la pólvora ni ser el André Bazin del siglo XXI a la hora de escribir este blog. Las únicas razones que me animan a hacer Huele a palomitas son puramente lúdicas, porque me gusta el cine, y me gusta estudiarlo. Punto. Lo que está escrito aquí no es palabra de Dios, no soy una fuente fiable. Por lo tanto, absténganse estudiantes de copiarme algo para sus trabajos (no porque me moleste, ojo, que yo soy muy partidario de la difusión del saber, sino de cara a que el profe les suspenda o les baje la nota por tener datos erróneos) y absténganse también puristas con la necesidad de hacer ver a la blogosfera cuánto saben acerca del cine y lo inútil que soy yo escribiendo este blog, que qué me creo, que si pienso que habiendo visto dos pelis de Fassbinder ya soy el que más sabe del cine y bla bla bla. La finalidad de este blog es constructiva, quiero equivocarme y que me corrijan, quiero que me recomienden películas, en definitiva, quiero hacer este blog para aprender.
Así pues, dicho esto creo que ya no se me olvida nada, por lo que…
¡Luces!, ¡Cámara!, ¡Acción!